Querida mamá:
Siento como si me dieran dado una paliza en el cuerpo. He
estado incluso a punto de no venir hoy a escribirte la carta, porque no tenía
ganas de salir de casa. Me he sentado en el sofá a las 6:30 y creí que no me
iba a poder levantar hasta el día de mañana.
Pero me ha ocurrido una cosa, a las 7 de la tarde he puesto
la televisión y había un programa repetido de tele cinco. Me ha dejado el
cuerpo fatal. Ha salido el caso de una hija que le pide perdón a su madre por
su comportamiento mientras está
curándose de un cáncer. La mujer se le ve fuerte, estaba pelona pero muy feliz
y recuperada. En ese momento me he planteado el porqué, tú que habías luchado
con todas tus fuerzas, no habías podido conseguir superar esta maldita
enfermedad. De manera inevitable no he podido reprimir mis lágrimas de pensar
lo mucho que luchaste y sufriste y como el cáncer te comió. Yo me alegro cada
vez que oigo un caso de alguien que está superando el cáncer, me no puedo dejar
de sentir un profundo dolor porque tú no pudiste vencerlo a pesar de luchar
contra él de todas las maneras posibles.
La vida es muy corta, cada vez pasa más deprisa y me
replanteo muchas cosas a diario desde que tú no estás mamita. Pero es que tu
ausencia es tan grande. El vacío que has dejado es tan grande que yo creo que
ni tú misma has sido consciente de lo importante que eras para todos. A veces
me engaño a mí misma. Le pido a Dios poder abrazarte una vez más como si eso
pudiese ocurrir. Vivo con ese deseo que sé que no podrá ocurrir pero con la
incertidumbre de pensar que los milagros existen y a lo mejor puedo volver a
abrazarte. Recuerdo que los últimos días no dejé de besarte y abrazarte porque
sabía que se me acababa ese placer. He estado mucho tiempo sintiendo esos besos
que me dabas, esos abrazos que siempre te solicitaba… ayer con el susto que me
pegué me hizo mucha falta volver a sentirte.
Admiro a aquellos que son capaces de retomar sus vidas
después de perder a un ser querido. Yo cada día estoy más segura de que no voy
a conseguir volver a ser la misma nunca.
Es imposible. Porque siento que se me ha ido media vida.
Te quiero mucho mamita. No me olvides guapa. Ni a Pili. Ella
también te necesita.

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