viernes, 12 de abril de 2013

12 de abril: Dolor y más dolor...

Querida mamá:
Ayer pasé un mal día con la rodilla. Me dolió más que nunca. Caminaba cojeando prácticamente y al subir las escaleras se me quedaba la pierna bloqueada. Juampi me ha dicho que existe la posibilidad que no me haya servido de nada lo que me han hecho. Y voy a empezar a creérmelo. Estoy con ibuprofeno cada 12 horas y me duele… anoche mismo, que fuimos al cementerio de Benalmádena para dar el pésame a Cristina y su familia tuve que poner las luces de emergencias y parar en un lado porque la rodilla se me bloqueo y no podía ni acelerar ni quitar el pie ni nada. Me asusté mucho pensando que podía tener un accidente. No entiendo como he podido empeorar tanto en tan poco tiempo.
En el tanatorio, ya podrás imaginar el dolor que sentí. Y no me refiero al de rodilla. Hubo un momento que no pude contener el llanto. El desgarro que sentí allí dentro fue exactamente igual que el que tuve el día que te marchaste. Es mucha impotencia la que siento de no poder volver abrazarte. Sólo querría eso. Abrazarte y ya está. Yo le dije a la madre de Cristina que las palabras se agradecían, pero que no consolaban y le pedí que tuviese mucho ánimo y paciencia y que aprendiera a vivir con ese dolor de la mejor manera posible. Y es que es así, ese vacío, este dolor que tengo dentro no me lo quita nadie. Ni el tiempo.
Sólo espero mamaita que estés bien. Es lo único que me reconforta y no siempre. Porque aunque tenías muchas ganas de vivir, aunque tenías muchas ganas de ver crecer a tus nietos, quiero tener la certeza que lo estás viendo desde un lugar privilegiado donde no existe el dolor para ti y que tu pérdida es una penitencia que tenemos que llevar los que seguimos aquí, porque somos los que sufrimos tu ausencia.
Dicen que el dolor inevitable y que el sufrimiento es opcional. Creo que están en lo cierto. Siempre te digo que lucho por seguir viviendo. Con mis proyectos, mi sobrino, la casa, la familia… pero siempre con esta punzada tan fuerte clavada en mi corazón que a veces se deja notar más fuerte.
Te quiero mucho mamita. Más que a nada en el mundo. No me olvide. Ni a Pili.

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