Querida mamá:
Supongo que desde esta noche volverá todo a ser como antes…es
decir, más estresante aún de lo que han sido estos días. Mañana comienzo la
academia. Por un lado me ha sabido a poquísimo las vacaciones, quizá porque no
he dejado de hacer cosas en todos estos días, pero por otro hay ganas de volver
a ver a los niños. Ellos son una gran parte de mi vida, de mi felicidad. Tengo
ganas de volver a compartir con ellos momentos especiales y únicos.
Este año sé que voy a sufrir más. Es prácticamente como
empezar de cero, son muchos más niños, mismo proyecto, pero han dado el salto a
la ESO un grupo muy grande. Ya casi se puede decir que tengo a más niños en la
ESO que en primaria. Y yo sabía que esto llegaría, pero con qué rapidez me he
encontrado con ello.
Cambiando de tercio, comida familiar. Qué puedo decirte que
tú no sepas. La comida ha salido por lo que se ve muy buena. Yo digo que hay
dos opciones, o estaba muy buena o tenían mucha hambre. El caso es que a pesar
del calor, eso sí, papá puso el aire acondicionado, la olla ha terminado igual
que empezó. Después de tres horas y medias en los fogones, en tan sólo 20
minutos no quedaba ni para rebañar con pan. Si no fuese porque se había
asentado un poco, te digo que casi no la tengo ni que fregar. Así que han gustado. Yo no puedo valorarlos,
porque la verdad mamaíta, no los he probado. Cuando me he dado cuenta, no
quedaba nada de comida, ni un poquito caldo. Así que me he quedado con las
ganas pero con la satisfacción de saber que se los han comido. Estaba en los café y me estaba preguntando
papá ¿cuándo los vuelves a poner? Y mi respuesta ha salido inmediata “mientras
me acuerde de estas tres horas y media no hay callos” y es que he sudado más
que en una sauna. Con la olla tan grande, necesitaba guantes para poder mover
la comida y no quemarme con el vapor, así que más sudada aún. La verdad es que
ha sido pelín difícil cocinarlos…pero los haré pronto, tan pronto como pueda
porque Ana que está en Madrid me ha llamado para pedirme que le guardara un
plato en un taper y no sé cómo decirle que no se los he guardado porque no
sobró nada. Así que supongo que los repetiré dentro de un par de semanas. En
fin guapa, hoy has comido con nosotros en la mesa. Siempre lo haces, pero por
las caras, me da que hoy estabas más presente que nunca.
Bueno mamita, me voy despidiendo. Mañana madrugo, dejaré la
comida hecha, porque cuando salga de la academia será casi la hora de comer.
Mejor dejarlo todo. Mañana empieza una nueva página de mi libro vital. Mañana
comienzo una carrera de fondo en la que espero ganar, iré a mi ritmo, dejaré
que me adelanten todos los que tengan prisa para luego poder coger yo la fuerza
necesaria y en el sprint final, ganarla.
Te quiero mucho guapa, no lo olvides. Acuérdate de Pili,
Papá, Isa, cuñado, JJ, Carmenchu y María. No te olvides de mí, te necesito.
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