Querida mamá:
La mala suerte del internet me va persiguiendo
por donde voy. Si en casa tengo que llevarme el ordenador hasta la habitación
de papá, aquí en el hotel tengo que ir a ver si cojo el wifi en la puerta del
vecino. La ubicación que nos han dado de la habitación tiene unas vistas
preciosas…pero los muros cortan toda posible conexión con internet. Pero como
de vez en cuando llega, en una de estas, cuelgo la carta.
Hoy he amanecido en Roquetas del mar, no
pensé que las mini vacaciones de 24 horas que me he tomado, me fuesen a saber
tan bien como me han sabido. Qué bien amortizado cada minuto del día. Ya
salimos de vuelta a casa, habiéndonos despertado con una puesta del sol que no
está pagada. Unas vistas de mar, que aun teniéndolas en Málaga, me han parecido el paraíso. Un lujazo que la
vida me ha regalado.
Y esta tarde, vuelta a la normalidad. Es
más, a las 4 tengo citado a Emilio, mi “alumno adoptivo” que echa más horas que
un reloj delante de un libro, pero que el pobre no ve recompensado tanto
esfuerzo. Le cuesta más que a otros, pero si le ayudo es precisamente porque a
pesar de todo, no hay nada que lo frene. Si le digo, tienes que estudiar,
estudia. No se queja, da igual las horas que lo tenga estudiando ni los días.
La semana pasada el día que más pronto lo dejé en casa eran las 11 de la noche.
Desde las 7 que se levanta, son horas. Pero también tuvo su recompensa. De los
4 exámenes hechos, tres aprobados y nos falta uno por saber. Es un ejemplo de
superación para sus compañeros y yo tengo que estar ahí para apoyarlo y no
dejarle que se rinda.
Bueno guapa, que ya me chillan, me tengo
que ir. Mañana te contaré la vuelta. Te quiero mucho, lo sabes. Acuérdate de
papá, Isa, Carmenchu, Pili, Jj, Cuñado y Papito. Ya solo le queda una semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario