19 de agosto

Querida mamá: Perdona que haya tardado tanto. Anoche nos acostamos tardísimo. Hoy era la patrona de Torreciudad y había una verbena para los niños. Llegamos a casa cerca de las 3 de la madrugada y a las 8 de la mañana estaba en pie porque para regresar a Málaga hay que ir desde El Tozal a Lleida y coger allí el tren. Y nuestro tren salía a las 11:20 de la mañana. Por eso no he podido escribirte hasta ahora. Ya estoy aquí, en casa de nuevo. Me he venido con papá y tres de tus siete nietos madrileños. Los demás llegarán mañana noche en la furgoneta. Como te decía, ayer había una verbena. Los más pequeños del Tozal ponían puestos de comidas y juegos. El dinero que sacaban era un porcentaje para el santuario y el resto para ellos. Más o menos se sacaban unos 10 euros cada uno. Calasu puso un puesto de pizzas con su amigo Carlos. Manuel y Pepe pusieron un puesto de macarrones que tuve que hacerles yo y prácticamente comérmelos para que vendieran algo... Tu nieta Ana puso con su amiga Carmen un puesto de creps con chocolate que también me tocó a mi hacerlos. Pero la verdad es que ellas no tuvieron problema en vender los 20 creps. Y además en muy poco tiempo. Entre verbena y baile fui a una obra de teatro que había en la misma puerta de la Hostería donde se quedaba papá. Una cosa muy modesta pero que me puso los bellos de punta los actores. Quizá pelín lenta la obra, pero muy bonita y con una gran temática. No me preguntes el nombre de la obra, porque no lo dijeron en ningún momento y como fui invitada sólo cinco minutos antes de empezar... y el que me llevó tampoco sabía como se llamaba la obra. Lo dicho mamá, una compañía muy modesta. Pero al menos salí del ambiente de fiesta. No me encontraba muy bien allí. Estaba perfectamente organizado, pero cada vez que pienso que es un sitio de fiesta...me vengo abajo. Luego regresé y estaba el concurso de baile. Tus nietas María, Marta y Anna lo estaban dando todo en la pista. Considero que Anna y Marta bailan muy bien, pero no fueron elegidas nunca para la final. Como en todos lados, el amiguismo, el enchufismo...existía. Pero bueno, que tampoco se ganaba nada. Era cuestión de que lo pasaran bien. Y ya esta mañana, Pues no ha dado tiempo a nada. Me he despedido de los otros abuelos y llevo el día entero de viaje. Y ahora, aquí estoy escribiéndote la carta. Mañana te pondré las fotos de allí para que veas algo de lo que te he ido contando. Te quiero con locura...