Querida mamá:
Al final el domingo se ha hecho más largo y pesado de lo
esperado. Tenía que ayudar a una de mis alumnas con varios trabajos que tenía
pendiente y me pasé gran parte del día haciéndolo. Antes le di un buen repaso a
la cocina, vamos a ver cuanto dura arreglada. Mientras lo hacía me acordaba de ti,
la debas por imposible, nunca estaba ordenada. Me suele pasar eso con
frecuencia. Pero una vez al mes la pongo impecable… a ver si así poco a poco
vamos tomando la costumbre de quitar las cosas de en medio.
Te escribo en la noche del domingo porque mañana por la
mañana tengo una prueba de estómago, el tránsito. Y tengo que irme bien
temprano. Me van a hacer la analítica también y debo ir sin desayunar. Como no
sé a qué hora voy a volver he pensado en dejarte la carta ya colgada. Además
mamita, ahora me siento mal y necesitaba escribirte.
Un padre de la
academia está continuamente atacándome con indirectas. Siempre dice que es de
broma, pero sabes que detrás de las bromas hay verdades. Es una persona que
aprecio mucho, a él y su familia. Bueno y tú, qué tontería. Pero supongo que si
estás viendo lo que me dice continuamente te estarás dando cuenta que ya roza
el asalto hacia mi persona. Antes, supongo que fortalecida por tu presencia,
porque las cosas iban bien…pues una aguantaba más todo. O simplemente no le
daba importancia a lo que decía. Pero ahora soy frágil mentalmente, lo
reconozco. Tu ausencia es insuperable, cualquier cosa me marca para mal, y soy
consciente de ello, por eso intento ignorar cuanto pueda venir hasta que me
sienta con el valor de continuar adelante en mi día a día. Pero él siempre saca
puntilla a lo que digo, siempre tiene una palabra para debatir lo que digo, tengo
la sensación de que nada de lo que hago o digo le cae bien y siempre tiene que
quedar por encima de mi. Que sea así me da lo mismo, la vida nos pone a todos
en su sitio y los dos terminaremos donde tengamos que estar…pero no soporto la
crispación creada. Ese mal ambiente que se crea en el momento de opinar porque
siempre veo la ofensa en sus palabras. Y no me gusta. Una noche más me voy a la
coma llorando. Una noche más noto el dolor de tu ausencia por no poder decirte
esto en vida para poder recibir tu abrazo de consuelo ante algo que seguro
tendrá solución. Una noche más siento que llevabas razón siempre… hoy es de
esos días que una dice “mejor me acuesto”. Y eso voy a intentar.
Te quiero mamita. No me olvides.
P.D: Hoy doce de noviembre es el cumpleaños de Miguel. Ya son 50 mami. Cuida de él desde el cielo. Protegelo que no sólo sus hijos y su mujer lo necesitan... que sin duda son los que más, también su cuñada Nena necesita escuchar, sus palabras con dureza, en momentos puntuales para entender que la vida es así de dura.
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