Querida mamá:
Pues empezamos una nueva semana. Esta será más complicada
aún que cualquier otra. El jueves sería tu cumpleaños terrenal. Supongo que ahí
arriba haréis una gran fiesta y ahora que está Miliki, las risas están aseguradas.
Pero no poder disfrutarlo contigo…no me hace mucha gracia. Había propuesto
quedar todos los hermanos para ir a Misa y luego tomar algo en casa en tu
honor. Pero seremos bien pocos. La mayoría están fuera por trabajo y estamos
esperando la evolución de Papito y Gema que han pillado un gripazo de los que
te dejan en la cama metido todo el día. No es celebrar nada, es estar juntos
por alguien que nos ha tenido siempre unidos. Recuerdo como el año pasado
celebramos tu cumpleaños. Juampi me dijo “puede ser el último nenita”. Hacía
dos meses que sabíamos que tu cáncer se había activado. Estabas en tratamiento,
los oncólogos nos hablaban de muchas esperanzas, Juampi nunca me las dio. Me
entró pánico, pero lo celebramos. Compramos gambas que te encantaban y pusimos
en la mesa para picotear de todo. Papá te regaló dinero, yo te compré unos
pendientes de Tous que querías, te regalaron colonia y el papa Noel que papito
cada año te regalaba para tu colección. Lo recuerdo todo mamita. Todo tal como fue. Porque ya por aquellos días estaba
yo muy pendiente de ti.
Bueno mamita, voy a aprovechar que está Reme para limpiar
bien todos los desastres del agua. El sótano y el jardín han sido los más
perjudicado… vamos a ello. Te quiero mucho, no me olvides.

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