Querida mamá:
Tenía pensando contarte varias cosas pero voy a centrar en
una. Después del día de ayer, tu nieta Lucía nos hizo estremecer a Conchi y a
mí. La pobre Conchi me llamó anoche desesperada diciéndome que Lucia no dejaba
de llorar llamándote. Hablé con la niña para preguntarle que le pasaba y me
decía “Tita Nena quiero ver a la abuela”. Yo le hice mucho hincapié de que
estabas en el cielo, que la estabas viendo y que estabas hablando con los Reyes
Magos. Pero sin dejar de llorar y sintiendo como su corazón estaba encogido me
decía “pero ella no va a bajar nunca más”. Y tenía toda la razón, pero no era
el momento de decirle esas cosas. Me colgó llorando sin parar y a los 20 min me
volvió a llamar Conchi diciéndome que no sabía qué hacer, que seguía llorando
sin parar. Se había abrazado a una foto tuya y sólo hacía decir “abuelita,
abuelita” y te besaba. Volví a intentar calmarla, pero no lo conseguí.
Me impactó tanto lo de Lucía que no dejé de pensar en ello.
Te tenemos tan presente mamita, que la niña con sólo 3 años sigue recordándote
y llorando tu pérdida cuando se supone que los más pequeños debería haber
olvidado todo o casi todo. Pero Lucía sube cada día a mi cuarto para besar las
fotos que tengo tuya en el marco digital. Las ve y te recuerda. Me dice “esta
es de la abuelita con Inés, esta es la abuelita en el hospital, esta es la abuelita
de joven, esta es la abuelita con el abuelito…” y así según van pasando todas
las fotos que tengo.
Hasta las tres de la mañana estuvimos hablándonos por el
móvil. Lucía se dormía pero despertaba cada cinco minutos llorando, abrazada a
la foto y a su madre y llamándote. La verdad mamaíta es que da mucho dolor
pensar que los más pequeños sufren tanto por tu pérdida, pero Lucía es el
espejo reflejo de todos y cada uno de nosotros.
Me acuerdo en alguna ocasión que me dijiste “cuando falte te
vas a enterar de lo que valía tu madre”. Me acuerdo porque fue tan cercano a
volver a saber que tenías cáncer, que me entró algo por el cuerpo y lo escribí
en el grupo el grupo de amigos de wassapt. Me impactó imaginar que no te
tendría… ahora que de verdad no te tengo, el dolor es mil veces mayor al que
sentí en aquel entonces y la verdad mamita es que no ha hecho falta que te
fueras para saber lo que valías, aunque ahora resalta mucho más tu gran valor
de madre.
Te quiero, no me olvides, ni a Pili.
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