Querida mamá:
Hoy es la lotería de Navidad. Todos los años te escuchaba
decir lo mismo “que lástima de mi Antonio todos los años reparte el dinero del
gordo como si le fuese a tocar” y no te creas que este año ha sido diferente.
Lo ha repartido ya y eso que me da que de momento no tiene ni pedrea. Aunque al
final siempre terminábamos diciendo lo mismo “que le toque a las criaturitas
que de verdad lo necesitan” lo que pasa es que este años son muchas más las que
están con la soga al cuello.
Analizándolo profundamente la verdad es que con la soga
estamos muchos, lo que pasa es que aunque yo me queje de boca para fuera tengo
que reconocer que tener a papá ayudándome en todo me alivia mucho mi pesar.
También es más fácil lidiar con los problemas cuando no se tiene hipoteca ni
hijos, y en ese cupo estoy yo.
Ayer en la fiesta de Navidad les decía a los padres de la
importancia de pagarme. Con lo que ellos me dan gano lo justo para hacer frente
a los gastos de alquiler, seguro, autónomo, luz y agua, gestión e impuestos. La
suerte de no tener grandes extras de gastos hace que este aliviada de algo por
lo que muchos sufren. Aunque también es cierto que la “broma” que me cayó hace
tan sólo unos días es como si me hubiese venido una hipoteca del tirón encima.
Seguimos en la lucha mamita. No me queda otra.
Voy a colgar el vídeo que he realizado con mis niños en la
academia. Sé que te hubieses sentido muy orgullosa una vez más de mi trabajo.
Lo sé porque te sentí al verlo. Una vez más Daniel Hierrezuelo nos ha echado un
cable y eso ayuda mucho. Se agradece las ayudas desinteresadas para seguir
motivando a los más pequeños para que sigan en su lucha de estudiar.
No me olvides mamá, por favor. Ni a Pili ni a Papá. Está
fatal.
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