lunes, 3 de diciembre de 2012

3 de diciembre: Hace un año justo....


Querida mamá:
Qué bien que empiece otra semana. Menos mal que ha terminado la anterior…porque vaya días más intensos he vivido.
Esta semana con el puente parece más corta, aunque me da que al final voy a terminar abriendo el viernes, porque los mayores están con trimestrales y la verdad es que un día se nota…sobre todo cuando tengo que estar tan encima de ellos para que estudien.
Pronto serán las notas. La verdad es que creo que la mayoría han respondido muy bien, espero no encontrarme ninguna sorpresa no grata, porque estoy dedicándole tantas horas a estos niños que te aseguro que no con un sueldo, que sigo sin tener, está pagado. Este fin de semana he tenido a uno de ellos metido en casa el sábado y domingo. Las pocas horas libres que he tenido ha sido con él, porque es un niño que estudia de verdad, pero no comprende nada. Y luego suspende los exámenes con notas bajas y es porque no sabe interpretar lo que le preguntan. Él estudia de memoria. Y estoy enseñándole a que estudie con comprensión.  Y no es tarea fácil. Hay que dedicarle mucho tiempo para ello…y te aseguro que en la academia solo es imposible. Tenía que buscar horas extras y va a ser en la casa y los fines de semana. Lo importante es que de resultados. Esperemos que sí.
Por cierto, tengo ganas de contarle a los niños el proyecto solidario que he pensado hacer. Será un video casero con el que esperamos colaborar con los niños más pobres de Málaga. En un principio la idea me parece buena, lo que ocurre es que la crisis es tan grande que sé que me va a costar recoger en la campaña, además de que voy corta de tiempo. Pero espero que al menos podamos hacer algo que nos sirva de experiencia, que nos ayude de cara al año próximo y con el que ellos entiendan que siguen siendo unos afortunados de la vida pese a todo, porque siempre que miramos un poco más al frente, hay niños muchos peores que ellos.
Te quiero guapa, no me olvides. Ni a Pili,
P.D: Esta foto me trae recuerdos muy tristes. Es de hace un año justo. Se habían encendido las luces de Málaga y te apetecía verlas a pesar de que estabas de quimio hasta arriba… Te llevamos las hermanas, menos Inés que estaba en Madrid. De cuñada sólo vino Maku, las demás no pudieron. Anduviste menos de dos metros y me miraste pidiéndome que te sentara, que no podías más. Yo refufuñé, lo hice porque veía como cada vez andabas menos. Y me daba miedo verte en una silla de ruedas. Te supliqué que anduvieras y me decías con tu mirada de siempre que no podías. Así que te senté. Me di cuenta que no estaba siendo justa contigo. Lo recuerdo perfectamente.  Y a los pocos minutos te propuse ir a una cafetería a merendar. Sabía que lo que más feliz te hacía era comer. Yo sabía que debía cuidarte, en la casa nos tenían controlados por el tema de azúcar, pero aquella tarde te comiste dos pitufos de atún con tomate sin rechistar nadie. Es quizá de las pocas decisiones que tomé de las que no me arrepiento. Fueron pocas veces las que te complací con la comida, siempre pensando qué era lo mejor para ti, pero sé que lo sabes guapa. Sé que sabes que siempre era pensando en ti. Lo único es que si yo hubiese sabido el trágico final tan inminente, te hubiese dejado comer todo lo que te apeteciera,  que por culpa de los corticoides pasaste mucha hambre… maldita enfermedad. Te quiero MAMÁ

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