Querida mamá:
Qué bien que empiece otra semana. Menos mal que ha terminado
la anterior…porque vaya días más intensos he vivido.
Esta semana con el puente parece más corta, aunque me da que
al final voy a terminar abriendo el viernes, porque los mayores están con
trimestrales y la verdad es que un día se nota…sobre todo cuando tengo que
estar tan encima de ellos para que estudien.
Pronto serán las notas. La verdad es que creo que la mayoría
han respondido muy bien, espero no encontrarme ninguna sorpresa no grata,
porque estoy dedicándole tantas horas a estos niños que te aseguro que no con
un sueldo, que sigo sin tener, está pagado. Este fin de semana he tenido a uno
de ellos metido en casa el sábado y domingo. Las pocas horas libres que he
tenido ha sido con él, porque es un niño que estudia de verdad, pero no
comprende nada. Y luego suspende los exámenes con notas bajas y es porque no
sabe interpretar lo que le preguntan. Él estudia de memoria. Y estoy
enseñándole a que estudie con comprensión. Y no es tarea fácil. Hay que dedicarle mucho
tiempo para ello…y te aseguro que en la academia solo es imposible. Tenía que
buscar horas extras y va a ser en la casa y los fines de semana. Lo importante
es que de resultados. Esperemos que sí.
Por cierto, tengo ganas de contarle a los niños el proyecto
solidario que he pensado hacer. Será un video casero con el que esperamos
colaborar con los niños más pobres de Málaga. En un principio la idea me parece
buena, lo que ocurre es que la crisis es tan grande que sé que me va a costar
recoger en la campaña, además de que voy corta de tiempo. Pero espero que al
menos podamos hacer algo que nos sirva de experiencia, que nos ayude de cara al
año próximo y con el que ellos entiendan que siguen siendo unos afortunados de
la vida pese a todo, porque siempre que miramos un poco más al frente, hay
niños muchos peores que ellos.
Te quiero guapa, no me olvides. Ni a Pili,
P.D: Esta foto me trae recuerdos muy tristes. Es de hace un
año justo. Se habían encendido las luces de Málaga y te apetecía verlas a pesar
de que estabas de quimio hasta arriba… Te llevamos las hermanas, menos Inés que
estaba en Madrid. De cuñada sólo vino Maku, las demás no pudieron. Anduviste
menos de dos metros y me miraste pidiéndome que te sentara, que no podías más.
Yo refufuñé, lo hice porque veía como cada vez andabas menos. Y me daba miedo
verte en una silla de ruedas. Te supliqué que anduvieras y me decías con tu
mirada de siempre que no podías. Así que te senté. Me di cuenta que no estaba
siendo justa contigo. Lo recuerdo perfectamente. Y a los pocos minutos te propuse ir a una
cafetería a merendar. Sabía que lo que más feliz te hacía era comer. Yo sabía
que debía cuidarte, en la casa nos tenían controlados por el tema de azúcar,
pero aquella tarde te comiste dos pitufos de atún con tomate sin rechistar
nadie. Es quizá de las pocas decisiones que tomé de las que no me arrepiento.
Fueron pocas veces las que te complací con la comida, siempre pensando qué era
lo mejor para ti, pero sé que lo sabes guapa. Sé que sabes que siempre era
pensando en ti. Lo único es que si yo hubiese sabido el trágico final tan
inminente, te hubiese dejado comer todo lo que te apeteciera, que por culpa de los corticoides pasaste
mucha hambre… maldita enfermedad. Te quiero MAMÁ
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