sábado, 23 de febrero de 2013

23 de febrero: echando de menos tu sonrisa...


Querida mamá:
Hoy es de esos días que una se levanta y se pregunta el porqué de las cosas. La semana me ha sabido a muy poco. Tengo la satisfacción de haber resuelto algunos de los problemas que tenía pendiente y que me “pesaban” por las espaldas bastante, pero también es cierto que hubiese necesitado dos semanas más así para verle color definitivamente al asunto.
Esta mañana fui a Misa con papá. En el desayuno hemos ido hablando, como siempre, de ti. Pero por un momento me he estremecido. No lo he compartido con él para no hacerle sufrir. Pero me he dado cuenta que necesito tu sonrisa, necesito sentirla otra vez. Si pudiese “negociar” con Dios, le cambiaría todo lo que se ha solucionado esta semana por volver a verte sonreír y poder darte un beso una vez más. No sabes cuánto echo de menos tus besos mamaíta. Sabía desde siempre que eran especiales y recuerdo como yo misma me decía “estos besos serán difíciles de olvidar”. Como así está siendo. Has sido especial para todo mamá. Sigo sin comprender por qué Dios te eligió a ti. Tiene que haber un por qué, pero yo no lo encuentro. Sólo sé que nos hacías mucha falta y que cada día me cuesta más estar separada de ti. La impotencia de pensar que nunca más, hasta que me toque el turno…esa impotencia es terrible. Insoportable. No sé yo mamaíta.
Hoy comemos todos juntos en casa. Vamos a hacer comida familiar. Como cada fin de semana. Pero hoy he decidido cambiar de menú. Que tanta paella…se nos está poniendo cara de chino. Hoy, por el tiempo que hace, creo que apetece una sopita de picadillo y de segundo filete empanado con patatas. Ayer compré la cinta de lomo y entre hueco y hueco, los empané para que hoy me fuese menos intenso el día. Además que llevo varios días con mareillo y dolor de cabeza continuo y sin duda alguna…es por el tiempo. Que está revuelto.
En fin mamaíta, voy a la tarea. Te quiero mucho. No me olvides. Ni a Pili.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario