domingo, 17 de marzo de 2013

17 demarzo: más allá de la vida.

Querida mamá:
Anoche pensaba en lo mucho que había aprendido con tu perdida. Me entristece mucho que las lecciones las tenga que aprender así, pero realmente es la verdad. Fuimos a ver a Tito Manolo a la residencia donde está. Apenas habla ya, aunque todo parece indicar que su cabeza está bien. Primero lo saludó Conchi, y se limitó a mirarla. Pero cuando lo besé yo, preguntó por ti. En ese momento no podía contener las lágrimas, pero lo tuve que hacer. Le dije que estabas muy bien. Bueno, es que creo de corazón que tienes que estar muy bien. No mereces otra cosa. En el camino de vuelta, reflexionando sobre los años, la familia le confesaba a Conchi que hasta la tarde antes de tu fallecer yo me sentía una cría. Estaba tan sumamente protegida por tu amor y el de papá, que aún pensaba que era la niña pequeña de los diez hermanos que siempre estaría cuidada por vosotros. Al marcharte tan pronto, me sentí y me siento perdida. Siento que no soy capaz de vivir mi vida sin ti. Pienso que necesitaba tenerte mucho tiempo. La verdad es que me lo diste todo antes de marchaste. Creo que me diste lecciones de vida en todos los sentidos para ser capaz de sobrevivir esta vida sin vuestra presencia, sin embargo soy yo la que no quería ver ni salir de tu protección. Nos hacemos mayores y esta es la vida. Unos nacen y otros mueren. Mi preocupación de ahora es que mis sobrinos no sufran, que nuestras vidas sean "regulares" para sufrir lo menos posible, porque somos muchos, muchísimos y la pena y el dolor va a ser inevitable cuando nos vaya llegando el momento.
Pensaba anoche que me da pánico morirme. Me da pánico el camino que me tocará pasar hasta que cruce la línea para la vida eterna, pero también te digo que siento mucha paz de pensar, y esta es la expresión exacta, que estarás esperándome seguro y que volveré a poder compartir contigo todos esos momentos que me han faltado por compartir aquí. Y así me quedé anoche dormida. Pensado que en los dos sitios estaré bien. Aquí porque estoy con mi padre, mis hermanos, mis cuñados, mis sobrinos, mis amigos...allí porque estarás tú, pero segura, en la puerta principal de entrada esperando que llegue. Y eso me ayuda a saber afrontar con mayor entereza lo que nos queda por vivir.
Eres una gran persona mamá. Te digo eres, porque aún habiendo pasado cerca de los diez meses de tu ausencia física...tus recuerdos siguen haciendo una gran labor de enseñanza de vida. Te quiero mucho. No me olvides. Ni a Pili.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario