lunes, 20 de mayo de 2013

20 de mayo: Dificil semana la que me espera...

Querida mamá:
La noche ha sido tan terrible como imagino que será esta semana. Ayer se me olvidó decirte que era el cumpleaños de tu nieta Anna. Yo sé que a ti no se te pasó, es una tontería que yo piense eso… pero me da pena no habértelo nombrado en la carta. Es que somos tantos que ya me bailan los días, aunque la verdad es que me los sé todos, pero siempre, siempre he dudado del día de Anna y eso que estuve yo presente en el parto en Madrid.
Esta semana está cargada de cosas que tengo que finalizar. Me toca hacer una promoción fuerte del festival, porque como me operan el día 29, no podré usar el brazo para escribir. Así que tengo que aprovechar estos días para dejar todos los resúmenes de los niños realizados, algunos trabajos que nos queda pendiente y meterle caña al festival. Me imagino que el estar atareada me ayudará un poco a saber llevar esta dificilísima semana. Hoy hace un año justo que te sedaron, y a partir de hoy, empezó nuestra despedida hasta que María Auxiliadora decidió cogerte de la mano y llevarte en su día. El día de mi cumpleaños te estaba enterrando mamá. No sé porque decidisteis eso sabiendo tú lo sensible que soy. Para mí el día de Reyes y el día de mi cumpleaños eran los días más felices de mi vida porque tú hacías que fueran especial. No sé si es una señal el que el mismo día que me trajiste al mundo fuese el que yo te despidiese para siempre… lo que sí sé es que ya nada será igual. Tampoco sé cómo actuar…. Qué difícil situación mamá. Qué difícil se me va a hacer esta semana. Estos días, hace un año, fueron de auténtica unión familiar. Desconozco de donde sacamos las fuerzas para hacer todo lo que hicimos. Te cantábamos la Salve rociera, rezamos cientos de rosarios en los cuatro días que estuviste apagándote para siempre, tus manos permanecían cogidas, las dos, en turnos de guardia. Pero yo siempre quería estar ahí. Solo me despegaba y no muy lejos cuando algún hermano ya me ponía cara de “déjanos un rato a los demás”, pero mientras nadie me dijese nada, esa mano, la izquierda la quería para mi. Hubiese permanecido así las horas que hubiesen hecho falta. Recuerdo todos los sentimientos que se me vinieron a la cabeza esos días. Los recuerdo porque por desgracia los he vivido este primer año tal y como lo había imaginado. Pero también me acuerdo de pensar en todas las cosas bonitas que había vivido contigo. He intentado repetir algunas, pero no es lo mismo. Mi mayor satisfacción es poder tenerte y sentirte tan cerca. Ayer, día de Pentecostés pensé que Dios podía haber hecho un milagro conmigo y cuando recibí el don del Espíritu Santo en la bendición podía haber recibido el don de la fortaleza para seguir adelante con mayor entereza. Aunque si alguien necesita un don es papá. Más vale que centres todos tus contactos ahí arriba para ayudarle. Ahora más que nunca lo necesita y yo creo que no estoy preparada para ayudarle en nada.
En fin mamita, esta noche no he dormido nada. Ahora me duele muchísimo la cabeza y tengo mil cosas por hacer en la mañana. Voy a ver si hace milagro el Nolotil para poder hacerlo todo.
Te quiero más que nunca. Nada ni nadie podrán quitarme este sentimiento que siento por ti porque fuiste, eres y serás la mejor madre del mundo. Te adoro. Por cierto, cuida de Pili.

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