Querida mamá:
Mira la hora que es y sigo despierta. Para colmo, llorando.
Qué raro siendo lunes. Acaba de terminar la serie de Pulseras Rojas. Desde que
empieza ya tengo el corazón en un puño. Siento que cada cosa que ocurre es tan
real que me hace sentirlo más aún. Qué difícil tiene que ser la vida de unos
niños así, qué difícil. Pero me quedo con la letra de la banda sonora: “Respira,
espera, levántate sin prisas. Respira, recomponte la vida y el mundo te esperan”.
Totalmente de acuerdo por duro que sea
asumirlo.
Precisamente mañana, dentro de un rato tu sobrina Carmen
tiene médico. No espero grandes noticias. Sé que lo suyo no es grave como lo de
los niños de la serie, pero es injusto. Más o menos sabemos lo que nos van a
decir. Lo que me fastidia es que no pueda acompañar a Conchi. Sé que se está
haciendo la fuerte, pero algún día explotará. Lleva mucho pasado y no es justo para ella.
Precisamente esta mañana, que me he levantado súper feliz
con mi proyecto, me he venido abajo con el comentario de una que está en el
club de lecturas. Respondiendo a un
mensaje mío y después de muchos ataques desde meses atrás hacia mi persona
movidos por los celos, según me van diciendo algunos amigos, ha escrito un
párrafo que no me ha gustado nada. Por un momento pensé en contestarle, en
decirle dos cosas, en mandarle a la mierda, para qué negártelo. No se puede
decir que yo proyecté mi enfermedad. Ella no tiene ni idea de lo que he vivido
y estoy viviendo. Yo digo como Lleò, que me canso de hacerme la fuerte y algún
día tiraré la toalla, estoy segura de ello, pero espero que ese día sea dentro
de mucho tiempo, cuando se hayan cumplido muchos de los sueños de la gente que
tengo a mi alrededor. Hoy precisamente le decía a otra de mis amigas algo que
ya te he dicho a ti muchas veces, el día que me muera no me llevaré nada material,
solo aquello que haya hecho, los momentos vividos, los sueños cumplidos. Por
eso espero seguir peleando mucho tiempo más, el suficiente para ver todo
aquello que se proyecta ahora en mi cabeza. Y aunque esta persona piense tan
triste cosa de mí, no va a pararme. Su juego de palabras ha sido sucio y
barriobajero. Y aunque ha conseguido dejarme KO durante un rato, me vine arriba
nada más entrar a la academia.
Cuando me he encontrado con todos los niños allí, algunos
besos, abrazos, sonrisas de oreja a oreja. No veían en mí a la profe mala,
veían a su cómplice, a la seño que lucha por sus sueños. No es que me lo hayan
dicho, que también hay que reconocerlo, pero lo he sentido. Allí estaban todos
dispuestos a sacar lo mejor de ellos para en septiembre aprobar.
Hoy ha sido un día duro para mí. No he podido compartir con
la familia lo ocurrido. Si hubieses estado en la salita sentada, en tu sillón,
me habría acercado y te habría abrazado. Seguro que me hubieses preguntado ¿Qué
ha ocurrido? Y te habría contado mi sentir. Mi enfermedad es algo que llevo con
vergüenza. No me siento orgullosa de ello, y a veces no sé si hubiese sido
mejor continuar obesa hasta que el cuerpo hubiese aguantado a vivir así. La
verdad es que no sé qué es peor. Por eso, cuando se juega con palabras sobre
una enfermedad, cuando se juega con mi enfermedad me da rabia pensar que
existan personas que se den golpes en el pecho, repartan oraciones y
bendiciones y tengan una pluma tan envenenada.
Me quedo con lo dicho por Benito a Lleò, todas las personas
que sufren una enfermedad grave sirve para distraerla y salvar a otras de ello.
Eso quiero creer yo, que gracias a que yo lucho cada día de mi vida contra
ella, otros se libran de sufrirla.
Acuérdate mañana de Carmen mamá. Es la prioridad máxima.
Pili, papa, cuñado, JJ, María e Isa. Todos os necesitan.
Te quiero, no lo olvides ni me olvides.
Buenos dias....Hace días que no te escribo, pero leo tus cartas como si te estuviese escuchando personalmente, quiero que sepas que además de tu madre hay alquien que también te escucha....
ResponderEliminarCon respecto a las palabras de ésa persona, solo decirte y te lo digo de corazón: "Nena, tu vales mucho" La belleza, sobre todo está en el interior.
Ánimo, fuerza y lucha, como tus padres te han enseñado.
Un abrazo.
Gracias guapa, muchas gracias. Seguiré luchando, eso sin duda... pero las malas personas saben dónde atacar y cómo... y eso duele. Solo eso. Un beso y gracias!!!
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