Querida mamá:
Te dejo la carta escrita, ya sabes que ahora ando más liada
en las mañanas que en las tardes. Ayer, al final, cuando terminé en la
asociación estuve tranquilita en la casa. Los niños se han portado fenomenal.
Los he llevado un rato a Mari Pepa, otro poquito a comprar y dar un paseo.
Luego han jugado, haciendo una cabaña en la salita, así que ya sabrás como me
la han dejado. Pero estas cosas sí que no me importan. Además, mientras ellos
jugaban yo leía y preparaba la conferencia. “Buceando” por internet he
encontrado una página de SuperGuille, un niño malagueño, que no creo que tenga
más de 6 añitos y está luchando contra el cáncer. Entonces, me he parado a leer
toda su historia, lo que sufre, lo que lucha…y veía a mis sobrinos jugando,
pelando y me he dicho “ojalá sea siempre así”. La historia de SuperGuille me ha
hecho entender que mejor tener que recoger cojines, mantas y poner sillas bien,
que sufrir con ellos en un hospital. Claramente damos importancia a cosas tan
absurdas, a veces, que esta tarde me ha servido para abrir un poquito más mis
ojos. Tenía a Pablo cerca y a Manuel, solo pensar que uno de ellos podría ser
Guille y me ha entrado escalofríos. No sería capaz de soportarlo.
Qué fácil es pensar que muchas cosas cambiarían si todos
diésemos un paso al frente y qué difícil es lograr que todos diéramos ese paso.
Qué difícil actuar y qué fácil es hablar. Tantos errores que cometemos, tantas
cosas que se podrían evitar simplemente con cambiar todos y cada uno de
nosotros. Por unos segundos nos estremecemos con las noticias que vemos o
leemos, pero tenemos la capacidad de decir “esto no me toca de cerca, bastante
tengo con lo mío” y activamos la memoria de pez en la que minutos después ya no
nos acordamos de nada.
Desde que te marchaste, para mi esta memoria de pez se ha
convertido en la de elefante. Aunque mi elefante es aún recién nacido y tiene
mucho que crecer. Cuánto me gustaría poder meterme en las cabezas de las
personas y hacerles ver el mundo que yo veo, no el que ellos describen. Pero no
es fácil mamita, no lo es. Pero no pienso dejar mi lucha personal de seguir
adelante. Creo que estoy en el camino correcto. Me gusta usar las redes
sociales para transmitir mensajes positivos. Para malas noticias ya está la
prensa. Los telediarios no sacan nada bueno, todo lo malo. Y me niego a creer
que no estén ocurriendo cosas buenas en el mundo, lo que pasa es que vende el
morbo, los problemas… que yo no digo que no se cuenten, pero se podrían
alternar con algún mensaje positivo, que de seguir así veo a todos los
españoles medicados con depresión.
En fin guapa, te dejo. Marcho a dormir, mañana haré
pucherito. Los madrileños me lo han pedido. Te quiero, no lo olvides. Acuérdate
de papá, Isa, JJ, Cuñado y Pili. Todos os necesitan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario