Querida mamá:
Viernes Santo en marcha. El día de ayer lo pasé en familia.
Estuvimos en Selwo adventure y la verdad es que terminé fundida. Eran muchos
más niños que adultos y aunque el sitio es bien amplio, la tensión de tenerlos
a todos ubicados… era máxima. De vez en cuando escuchaba a Conchi decir “¿y
Lucía?” o otra voz que decía “¿Y Manuel? ¿Pablooo? ¿Nachooo?” y así desde las
11 que llegamos hasta las 5 de la tarde que regresamos. Pero lo pasamos en grande. La belleza de ver a
los animales tan cerca, verlos vivir en su hábitat, comiendo, es asombroso. Me
encantaron las jirafas. Ya es la segunda vez que las veía. Pero la otra vez no
las vi tan cerca como ayer. La pierna de la más grande era como yo de grande,
pero en canija. Impresionaba mucho verla tan sumamente grande y cerca. La verdad
es que los animales, según cuales, transmiten paz.
Algunos de tus nietos se tiraron de la tirolina. Yo no
quise repetir experiencia, mucho menos con el dromedario. Que aún tengo el
corazón en un puño cuando pienso que la vez que me subí encima casi voy de
cabeza al suelo. Así que pensé que mejor no repetía, porque aquella vez se me
quedó un sabor agridulce, pero tampoco me transmitía mucha seguridad aquello y
pensé que con una sobre mis espaldas era suficiente.
Llegué tan cansada que apenas hice nada cuando regresé. Dejé
que pasara el tiempo, cenaron los niños y me fui a la cama a las 11 de la
noche. Aunque me he desvelado en un par de ocasiones, he descansado mucho más
de lo que imaginaba. Lo único malo ha sido que he tenido una pesadilla que hice
que me despertara muy agitada a las 2 de la mañana. Soñaba que había una
guerra. Estábamos escondidos y yo buscaba la manera de esconder a Pablito,
porque nos habían sentenciado a muerte y sabíamos que íbamos a morir. Y me
negaba que Pablo muriese. Hasta ahí era todo muy real, demasiado. Dejó de ser
real en el momento que escondía a Pablito en un saco de pan y lo ponía detrás de
una puerta. Lo que vino después es lo que me ha relajado algo, porque yo misma
en el sueño he dicho “esto no es real”. Pero me he despertado muy nerviosa,
intranquila preocupada…. Pensaba que si eso pudiese pasar no tendría manera de
salvar a los niños. Pero luego, me he tranquilizado a mi misma pensando que de
momento no hay opciones de que vayamos a entrar en guerra.
Y hoy, día triste para los cristianos, no tengo muchos
planes. Algunos hermanos irán esta tarde a ver procesiones. Yo, me mantendré al
margen. Ya sabes. Pero en la mañana tengo una actividad organizada con los niños
de la Academia. Vamos a ver un entrenamiento del Unicaja y luego se harán fotos
con los jugadores. Si esto me llega a ocurrir hace 20 años, habría sido un
sueño para mí, como lo es para Juanjo y Jorge, los dos más mayores que juegan y
están más nerviosos que ninguno de los que vienen.
En fin guapa, voy a dejar la comida hecha. Y tengo que hacer
alguna cosilla más antes de irme. En la casa, desde que llegaron los Janer,
parece que pasa a diario un tsunami arrasando con todo lo que ve.
Te quiero, no lo olvides. Acuérdate de papá, Isa, JJ, Cuñado
y Pili.
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