Querida mamá:
El día de ayer fue de lo más tranquilo que te puedas
imaginar. Por la mañana me llevé a tus nietos con algunos de los niños de la
academia hasta el pabellón Martín Carpena para ver un entrenamiento privado del
Unicaja de Málaga. Joan Plaza, el entrenador me invitó y no quise perder la
oportunidad. Aunque era difícil coordinar
a los niños, porque al ser festivo… pero fueron los suficientes, a los
que más le gusta el basket. Fue una experiencia especial. Al principio me costó
tener a los niños en silencio, pero cuando vino uno de los ayudantes a decirnos
que podíamos bajar a hacernos fotos y tirar en pista…qué emocionante fue
mamita. Retrocedí 15 años atrás, en el momento en el que Juampi y yo íbamos todos los días a
ver al Unicaja entrenar. Allí vivimos muchas experiencias, pero lo que hubiese
dado por que Javier Imbroda o Pedro Ramírez nos hubiese dicho aunque fuese una
vez que bajáramos para tirar con los jugadores. Juampi y yo convertimos al
baloncesto una forma de vida. Era nuestra pasión. Pasión que trasladé en
Melilla y que me sirvió para disfrutar mucho de mi etapa como profesional. Allí me quité todas las espinas que tenía.
Jugué y entrené en un equipo femenino, y vi cada uno de los entrenamientos del
primer equipo. Cuando calentaban, cogía un balón y allá iba yo a tirar a pista.
Siempre tenía un balón de baloncesto en la mano. Y ayer, cuando estuve en la
pista… se me fue directamente las manos a un balón. Los niños querían que
tirase y lo hice, pero claro…han pasado 6 años desde que jugué la última vez y
en medio de eso tengo una lesión y una operación de hombro. Así que cada vez
que lanzaba el balón, sentía como si el brazo se me fuese a salir. Pero yo
disimulando… pera no dar más que hablar.
Por la tarde, más tranquila aún. Leí, aproveché para
preparar la conferencia que doy el próximo jueves y di clases con Emilio. A la
vuelta hay varios con exámenes complicados y quiero que aprueben. Nos quedan,
literales, cinco semanas mal contadas para acabar las clases.
Y hoy comida familiar. Vienen los primos de Francia, que han
venido a pasar unos días aquí y despedimos a los Janer, que se marchan esta
tarde- noche. Mañana volveré a mi rutinaria vida. Por mucho trabajo que den los
niños, que lo dan pues son niños…dan mucha vida, sobre todo a papá. Que tiene
su cabeza ocupada en estar pendiente que los niños no rompan o dejen de hacer
algo que esté mal hecho. Pero tienen que volver, ya mismo hay cole.
En fin guapa, te dejo. Te quiero, no lo olvides. Acuérdate
de mí. No te olvides de Papá, Isa, JJ, Cuñado y Pili.
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