Querida mamá:
He tenido una agenda que ni los ministros. Desde las 7 de la
mañana en pie sin parar. De salida, he cocinado 250 albóndigas para llevar
directamente a la Comunión de Chari. Me he pegado dos horas haciendo pelotas y
friéndolas. A las 10:30 me han recogido para llevarme hasta la Iglesia del
Cautivo donde he sido la madrina de Confirmación de mi Jorgito.
Me ha hecho mucha ilusión entrar a la Iglesia de San Pablo.
Curiosamente ha sido la primera vez, con uso de razón, que he entrado en la
Iglesia. Y digo con uso de razón porque desconocía que había sido bautizada
allí. Nunca he visitado el Cautivo ni salido a la calle a verlo. Soy de las que
creo que ir a darse golpes de pecho delante de la imagen no ayuda nada. No
juzgo a nadie, cada uno es libre de hacer lo que quiera. Así que lo respeto
pero no lo comparto. Pero tengo que reconocerte que he sentido un escalofrío
impresionante al ver al Cristo teniéndolo delante de mí. Supongo que ha sido
una mezcla de sentimientos. Saber que fui bautizada allí, saber que es el
Cristo que más devotos tiene en Málaga y saber que tú sí le tenías un cariño
especial… pues todo esto ha hecho que me sintiera de una manera especial.
Después de la Confirmación nos hemos ido corriendo para la
Iglesia de la Esperanza pobre porque allí hacían la Primera Comunión Ángela y
Carlos. Omito una vez más lo que pienso de la parroquia para no meter la pata…
pero si el Cristo puede bajar de la cruz… nos íbamos a enterar. Porque menuda
poca vergüenza se tiene hoy por hoy en las Primeras Comuniones. Pero bueno, que
me desvío mamita… que Carlos y Ángela estaban guapísimos, ideales… y lo han
hecho fenomenal.
Al terminar nos hemos ido a la celebración y a las 7 aún
había ambiente de recién empezado. Yo me he venido porque tenía una Comunión
más, la de mi Rubén. La pena es que cuando he ido a verlo ya estaba cambiado,
pero al menos he compartido un rato de su gran día. De su casa he salido
disparada para la nuestra que me esperaban para irnos a la inauguración de la
peluquería de Mari. He llegado a casa cerca de las 12 de la noche.
Y me queda el último tirón mamita. Que en 9 horas estaré
corriendo en la carrera de la mujer contra el cáncer. Un año más lo haré en
honor a ti, a lo que sufriste y te expusiste para poder seguir mejorando en las
investigaciones y conseguir el día de mañana que sea una enfermedad curable. Y
lo hago por Pili. Una luchadora que ha dado la patada a la enfermedad y que
sigue peleando por disfrutar su vida a tope. Será para mí un orgullo poder
disfrutar de esta carrera con ella aunque seguro, seguro… la rodilla me pasará
factura. Pero bueno, serán gajes del oficio.
Bueno mamita, me voy a dormir que tengo que coger fuerzas y
descansar. Mañana después de la carrera me incorporo tarde, pero lo haré a una Romería.
Pega por eso de ser Mayo y el mes de la Virgen.
Te quiero, lo sabes, no te olvides. Acuérdate de papá, Isa,
JJ, Cuñado y Pili.
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