jueves, 19 de julio de 2012

20 de julio

Querida mamá: Hoy tengo muchas cosas que contarte. Los padres de Jaime se han puesto en contacto conmigo y retomamos el proyecto. Parece que si lo ponemos en marcha rápido al final voy a poder tenerlo para septiembre. Ojalá guapa…porque no me caben más niños en la casa. Supongo que si estuvieses en casa me diría “cariño, ten cuidado con los niños, a papá no le gustaría este jaleo” Pero lo bueno es que estás bastante controlados y que el horario que tienen no coinciden con papá. Y si ahora me traslado de nuevo a la academia…pues mira que bien. Así que sigue acordándote de mi… para que no se pare y salga definitivamente en tiempo. Por otro lado mamaíta, fíjate que cosas. Ayer tarde decidí llevar a mis sobrinos al cine. La película no era mala, era malísima. Así que cogí el móvil y mientras ellos veían los dibujos me puse a mirar el twiter. Ya sé que no te gustaba que estuviese con el móvil en la mano todo el tiempo, pero esta vez me dio buenos resultados. Por casualidad de la vida leí un tuits de Daniel Hierrezuelo (El árbitro de basket del que tanto hemos hablado por eso de que su apellido coincide con el de Gema) Decidí contestar para darle mi opinión a lo que había dicho y se convirtió en una pequeña conversación en la que se interesó por el proyecto. Ya le he escrito un email explicándole todo. Imagínate si los niños consiguen conocerle…serán razones de más para ellos seguir luchando por lograr sus sueños, aunque la gran mayoría de ellos…sueñan con jugar al fútbol y en eso poco les puedo ayudar yo. Pero si decidieran ser maestros, veterinarios, periodista…aquí estoy yo para apoyarlos hasta el final. El caso es que Daniel se ha ofrecido para venir a verlos…así que estoy super contenta por ello. Desde tu recaída y fallecimiento sabes que no he hecho ninguna actividad con ellos. Me centré en ti y después, no había ganas, simplemente eso. En fin guapa, por fin te escribo algo positivo. No es que esté para tocar castañuelas pero al menos hay algo por lo que luchar, además de seguir cuidando de tus nietos, de papá, y llevar la tarea que tú llevabas en este hogar y que tan difícil era. Ojalá tuviese la certeza de que estás realmente bien. Daniel, el árbitro, ha perdido una hermana y me ha dicho que habla con ella todos los días y que sabe que está feliz. Yo cada vez que pienso en tus últimos momentos, sólo recuerdo tu cara de dolor y no consigo convencerme de que realmente estás bien. Y lo necesito, créeme que lo necesito. Porque no me va a quitar el dolor, pero al menos podría aliviarme algo más que ahora. En fin guapa, sigo esperando…te quiero más que a nada en el mundo. Lo sabes, pero te lo digo. Guapaaaa

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