sábado, 28 de julio de 2012

29 de julio

Querida mamá: Ayer volvimos a estar todos los hermanos en casa. Bueno, todos los que pudieron. Hicimos la comida familiar para que soplara Manuel la tarta. El próximo 3 de agosto cumple años pero no está en Málaga. Como en los dos últimos veranos, Inés se los lleva a Torreciudad quince días. Además hoy es el santo de Marta y mañana a primera hora se irá Pablito. Es lo que peor llevo. Estoy agotada, es la verdad. Pero Pablo es especial. Es un niño muy sensible y cariñoso y tiene muchos gestos de ternura hacia mi persona. Me busca continuamente, me llama para todo, me abraza sin pedírselo, me da besos y siempre quiere dormir conmigo. Eso tiene su parte mala, que es muy cansino, pero es mucho más la parte buena. De pensar que se lo llevan, que por otro lado es lo normal, y que vuelvo a quedarme sola... me da mucha pena. Ojalá Inés y Miguel me lo quisieran dejar. Total son 15 días más y ellos no lo van a notar teniendo en cuenta que tienen seis más. Pero no me quiero hacer ilusiones que se que no. Por cierto guapa, ayer volví a salir con el Club Guay. Me llamaron para ir de moraga. Ya sabes tú que la playa y yo somos incompatibles, pero como no tenías por que bañarme, acepté. Quedamos a las 6 de la tarde, pero yo sabías que a esa hora me era imposible ir. Tenía por delante la cena de Papá y los niños. Así que pensé que a las 9 estaría. Pero luego Inés decidió irse a la playa con los niños y pensé que dejar a Papá solo hasta que ella llegara que no había hora de quedada, era incorrecto. Así que me quedé, preparé la cena a papá y la esperé. Total, que al final llegué a la moraga a las 22:30 pasadas... por poco llego para irme. Menos mal que ya me conocen...ellos habían hecho apuesta de si iba o no a ir, porque pensaban que no iría. La verdad es que estuve a punto de no ir. Porque ya dadas las 10 de la noche, lo que me apetece es sentarme y estirar las piernas... pero a los amigos hay que saber cuidarlos y mantenerlos y tú mejor que nadie sabes que ellos han estado conmigo en los momentos más difíciles, y si sigo dejando de ir a los eventos, a las quedadas y demás... dejarán de llamarme porque considerarán que no quiero. Y no es el caso. Me encanta estar con ellos, porque nos reímos y disfrutamos. Pero siento que es muy pronto para que yo ría aunque sea sólo un rato. En fin guapis, te voy a pedir que cuides de Miguel y los niños en el viaje de vuelta. Me da tanto respeto la carretera... que me produce horror pensar que otros tengan que hacer largos viajes y más cargado de niños. Esperemos que como siempre, vayan bien. Te quiero muchísimo. Un beso

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