miércoles, 10 de octubre de 2012

11 de octubre: un mal día

Querida mamá: Hoy es de esos días en los que una está de bajón total. Es de esos momentos en los que una daría lo que fuese por volver a sentirte aunque fuese un solo segundo. De esos días que le ruego a Dios poder volver a sentirte pagando el precio que sea necesario. Te echo mucho de menos mamá. Te echo de menos porque realmente estoy sola. Sé que tengo a la familia, a los amigos, pero a la hora de la verdad me faltas tú. La vida es un continúo ir y venir. De pronto estás contenta que estás triste. Mi trabajo es gratificante cuando hay resultados, pero la realidad es que estoy expuesta a treinta niños, con treinta familias diferentes y varios colegios, muchos de ellos no colaboradores que lo que yo considero una gran causa “hacer que los niños se motiven y quieran seguir estudiando”. La dificultad de saber llevar a todos y cada uno de los niños, con sus más y sus menos, la dificultad de saber llevar a todos y cada uno de los padres, que muchos tienen un tirón y la dificultad de hacer que eso no te afecte a la hora de ponerte delante de ellos, de explicarles, de hacerles ver lo importante que es estudiar y ayudarles a preparar sus exámenes… Hago lo que me gusta, pero me faltas tú para llorar sobre tu hombro cuando lo necesito, para reclamar ese beso, para pedirte tu abrazo. La realidad es que se me ha ido media . Intento aparentar ante los demás. Necesito estar fuerte ante todos. Pero la realidad es que no quiero seguir aunque sé que no es lo correcto. Siempre pienso en lo que me dirías en cada momento. Siempre pienso cómo actuarías tú si me vieses así, para sentir que sigues junto a mi. Intento hacer todo como tú querías que se hiciera. Pero no me consuela ni el dolor ni la soledad. Hoy termina la semana mamita. El puente del Pilar. Me vendrá bien tener días para leer y estudiar y descansar. Te quiero más que nunca. No dejes de sonreírme, no dejes de estar dentro de mi. Porque tenerte presente cada segundo del día, recordar cada cara, gesto, expresión, mirada, sonrisa, palabra…cada algo tuyo me ayuda a saber que estás conmigo aunque dolorosamente no pueda volver a tocarte. No me olvides.

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