23 de octubre: Cada vez te echo más de menos...

Querida mamá: Ayer no fue un día fácil. Lo normal dada las circunstancias que estamos viviendo. Hay fotos de las que están en casa que al verlas pues siento admiración, cariño o simplemente cuando las veo pues te saludo o te digo un piropo, pero hay dos que cada vez que las veo me entra algo por el cuerpo difícil de explicar. Una de ellas, que está en el salón me hace pensar la realidad más absoluta; que no volveré a verte. Cuando la miro recuerdo la conversación que tuvimos un segundo antes de disparar el flash y que como bien sabes, las fotos de los últimos años las he hecho yo y todas me recuerdan algo. La otra me gusta porque recuerdo que te pedí que sonrieras ya que estabas muy seria y debí de decirte cualquier parida mía porque sales sonriendo y con gesto de carcajada. Esas fotos me recuerdan de los últimos momentos vividos juntas y esas fotos me hacen comprender que ya no volverás a sonreírme nunca más. Pasan los días y procuro no pensar muy profundamente. Te nombro continuamente, te tengo en mis pensamientos pero hablo de ti como si estuvieses viva. Pero no consigo tener esta sensación siempre. Algunas veces me vengo abajo. Me desconsuela la idea de pensar que nunca más podré compartir ningún momento contigo. Cada vez que me ocurre algo, un problema, un enfado, un grito con alguien me acuerdo más que nunca de ti, porque tú siempre estabas ahí, me aconsejabas, mejor o peor, pero me aconsejabas y estabas. Y eso ya no lo tengo. Me siento realmente sola, porque tú eras una parte muy importante de mi vida y ahora no estás. Tengo a papá y mis hermanos, por ese lado de puedes quedar tranquila, pero ellos tienen su vida, su familia…. Ayer te eché realmente de menos. Seguro que me habrías ayudado. Te quiero mucho. No me olvides mamita.