lunes, 26 de noviembre de 2012

27 de noviembre: sentimientos encontrados al pensar en la Navidad...


Querida mamá:
Normalmente tenemos días de bajones…pero el de anoche fue tremendo. Sé que es muy delicada la situación…pero necesito hablar con papá de lo que serán las Navidades. Sin duda, muy duras. Pero el tiempo lo tengo encima…y debo de saber la predisposición de él ante señalados días. Hablarlo fue tremendamente duro. Si por mi fuera no celebraba la Navidad. Sólo Reyes en honor a ti. Pero está claro que hay que hacerlo. Los niños no se merecen otra cosa…además que siempre digo lo mismo…”papa y tú perdisteis a vuestros padres y nunca dejasteis que eso os afectara para hacer que las Navidades siempre fueran especiales”. Tata Ana falleció un 2 de diciembre y nosotros celebramos la Navidad. Con dolor por su ausencia, pero la celebramos.  Es por ello que yo el 24…pues pocas ganas. Total, tampoco hemos hecho nunca gran cosa. Pero Cristina se ha ofrecido para venir a pasarlas a casa. Porque si hay pocas ganas y encima la mesa se compone del Tito Juan, Papá y yo…pues imagínate el ambientazo. Pero no guapa. Tú tranquila que no. Antonio y Cris se vienen con los niños. Y aunque no seamos la alegría de la huerta, al menos cenamos en familia.
Ya el 25 será diferente. Vendrán todos a comer aquí. Y ahí es cuando me entra el tembleque. Tú por estas fechas ya ibas comprando las cosas. Dar de comer a 50 personas no es tarea fácil. Me he sentado a hacer números y todavía me tiembla el pulso. Estoy por poner un huevo con patatas, que aunque es más trabajoso…me ahorro pasta. Eso sí, el aceite de girasol. Que el de oliva para 50 huevos sube mucho el presupuesto.
De verdad mamaíta que cada vez te admiro más. Cómo conseguías llevar esta casa adelante. Yo cada vez que echo mano a algo y veo que no hay me pregunto ¿cómo lo haría mamá para llegar a final de mes? Si es que es dificilísimo. Todo el día sumando y restando en la libretita para poder terminar el mes. Menos mal que compartí contigo muchos días de compra y cuentas y me diste algunas lecciones, pero la verdad es que nos quedamos corta. O atendí poco o no aprobé la asignatura porque hay meses que me veo en la necesidad de recurrir a papá y siempre me dice “ya estás como tu madre”. Y qué verdad que es mamá. Que pechá de reír nos dábamos las dos después de sacarle dinerito a papá. Siempre le pedías algo más de lo que te daba y si papá te decía “cariño que ya no tengo más, que te lo he dado todo” tú le decías “vale, pues esta noche me pongo a fabricar billetes” y claro…papá se buscaba la vida para dártelo. Y allá que nos íbamos a la mañana siguiente de compras. Al Carrefour, al mercadona, al mercaillo…qué te gustaba un mercaillo mamá. Y yo que no le veía interés y terminé enganchada como tú. Desde que te has ido sólo he ido una vez. Porque fui y me gasté 50 del presupuesto y me dije “Quita, quita…que terminas como mamá, comprando para todo el mundo”. Y es que tú tenías dinero para todos menos para ti. Salías siempre pensando en comprarle a un hijo, una nuera, un yerno, un nieto…y como somos pocos guapa…pues nunca parabas. Y eso me lo has pegado a mi. Por las noches, subo siempre a mi cuarto a hacer las cuentas del día. Y siempre vacío el monedero porque como tenga una moneda…mal voy. Siempre hay algo que comprar a alguien.
En fin guapa, hoy como ves me acordaba de ti y tus marujeos. Es inevitable teniendo en cuenta los días que vienen. No te olvides de mi guapa. Ni de Pili. Ayer le quitaron las grapas de la cicatriz, mañana irá al médico. Vamos a ver que ocurre… Te quiero más que nunca.
P.D: Que dolor tan grande no poder abrazarte mamá. No sabía que existiera este dolor.  

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