Querida mamá:
Tengo tantas cosas que contarte…Para empezar que ayer se
fueron los Janer, pero se han quedado tres aquí. María va hoy al traumatólogo
con un dolor de cadera. Papá se quedó preocupado y ante la duda, pues la van a
evaluar aquí. Que luego pasa lo que pasa, se va para Madrid, empeora y nos la
tenemos que traer. Pablito, pues te lo imaginas. Le decía a su madre “mamá, es
que yo quería quedarme con tita Nena tres días y solo nos hemos quedado dos
días”. Y claro, si te dice eso el pequeñajo de sólo 4 años pues no nos queda
otra que dejarlo. Al padre no le hizo mucha gracia, por eso del colegio…pero
bueno. Y luego pues Inesita. Acaban de darle las notas y han sido muy buenas.
Mañana tenía una excursión con la clase y ella quería pasar unos días más con
el abuelo. Así que se han quedado los tres y se irán posiblemente el miércoles
o jueves.
Por otro lado, ayer fuimos a comer con Papá al Pura Gula. La
verdad es que no era el mejor sitio para él, pero hacía tan mal tiempo que
pensamos en un lugar cerrado y que nos gustara a todos. Y estábamos de antojo
con las pizzas. Así que le convencimos y nos fuimos a comer allí. Lo que
ocurrió a mediados de la comida fue un cúmulo de sentimientos… Entró al mismo
restaurante “Alex”, de pronto Conchi me decía que no mirara a la puerta… todos
en la mesa empezaron a murmurar… yo me puse nerviosa por momentos. Hacía 5 años
que no lo veía en persona. Sabía de él por fotos, por comentarios… pero no lo
había vuelto a ver desde que salí de Melilla. Empecé a sentir escalofríos y
muchos nervios. Mi cabeza sólo hacía pensar que debía levantarme e irme hacia a
él, preguntarle aquello que tanto me ha torturado durante años… pero no me
dejaban en la familia. Además iba a con su mujer e hija. Y la mujer no me
conocía de nada. No quería invadir la mesa. No era el sitio para hablar. Pero
cuando me fui de allí empecé a sentir que tenía que haberlo hecho, que había
perdido mi oportunidad de aclararlo. Mi relación con Alex fue de hermanos de
verdad durante dos años. Lo compartimos todo, alegrías y tristezas, regalos,
salidas, comida, dinero, viajes, proyectos, trabajo, éramos confidentes para
todo. Y de pronto se acabó. Sin más. Creo que ayer perdí mi oportunidad de
poder aclararlo…pero bueno, supongo que tenía que seguir así. Pero me fui muy mal del restaurante.
Luego por la tarde fui a ver a Pili. Ahí la verdad es que se
me quitó toda la mala sensación que tenía de la comida. La vi muy bien de
verdad. Dentro de todo lo que conlleva su operación. Pero me encantó poder
estar con ella, verla animada, verla sentada, verla sonreír. La verdad es que
nunca pierde su sonrisa y supongo que con eso tiene mucho ganado. Espero poder verla antes de que se marche a
su casa. Es que como se han quedado los niños de Madrid ahora me será más
difícil, pero seguro que encuentro el momento porque me encantó verla. No es lo
mismo leer los mensajes e imaginarme las cosas que verla y sentirla. La verdad
es que salí de hospital muy contenta porque la vi bien de verdad y eso me ayudó
a terminar el día de ayer de buena manera.
En fin guapa, no te descuides mucho. Sigue cuidando mucho de
Pili, aún le quedan momentos difíciles que pasar aunque si los pasa con la
actitud que tiene, seguro que los lleva muy bien. Te quiero mucho guapa. No me
olvides. Ni a Pili.
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