Anoche fueron de esas noches malas. Los hermanos empezamos a mandarnos fotos por el móvil y como dice Conchi, mirar las fotos de noche no es bueno. La pena parece mayor.
Hoy hace diez meses que te marchaste. Han sido diez meses, o lo que es lo mismo, trescientos tres días en los que te he llorado, cada uno de ellos, por tu ausencia. Trescientos tres días en los que me he hecho las mismas preguntas que siguen sin respuesta. Trescientos tres días en los que le he pedido a Dios que me de la fuerza necesaria para tener la paz que necesito para vivir y esperar mi momento de estar junto a ti.
En estos días meses he echado en falta:
Tus besos:
Tus abrazos:
Tu mirada:
Tu ternura:
Tu compañía:
Tu sonrisa:
Tu amor incondicional:
Tu presencia en cada reunión familiar:
En definitiva; te he echado de menos en todo lo que tú has representado para mi y para todos los que te adoramos. Nunca podrás ni imaginar lo importante que fuiste para mi. Nunca, espero que nunca, puedas imaginar el dolor que me causa no tenerte...nunca, espero que nunca, puedas imaginar lo difícil que me está siendo vivir sin ti.
Te adoro mamá. Te quiero. No me olvides. Ni a Pili.
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