Querida mamá:
Pues ya estamos todos... esta casa me recuerda a mis años de infancia. Camas deshechas por todos lados, ropa sucia en las sillas, ropa limpia en el suelo, maletas, zapatos, pijamas... todas las habitaciones completas...como no podía ser menos en Semana Santa...como en los hoteles...COMPLETO!! jejeej.
La primera prueba es la comida, normalmente usamos un vaso de zumo y dos de leche, pues esta mañana se ha consumido 4 litros de leches, dos paquetes de galletas, uno de cereales y una barra de pan cateto entero.... sin contabilizar la mantequilla y el aceite. De verdad mamita que no sé como te organizabas. Te lo digo cada vez que se vienen los Janer una temporada. La organización cuando hay tantas personas junta conviviendo es vital... y la verdad es que tú has estado 30 años viviendo con una gran familia cada día y has sido única para organizar todo.
En fin, esperemos que sepa estar a tu altura mamita. Solo espero eso.
Por cierto, que ayer estuve en el médico. Las noticias no fueron buenas. Estaba en la consulta y mientras Carlos Ferrer hablaba me hinchaba a llorar. Lo hacía por dos razones... primero porque me estaba acordando de ti. Te veía sentada allí en la silla que tantas veces tuviste que sentarte. Recuerdo el día que fuimos a que Carlos te hiciese la revisión de tu última operación. Nosotros ya sabíamos que tenía el cáncer activado y no te lo quisimos decir. El traumatólogo veía que algo bien no iba en tu rodilla, pero cuando le dije lo que tenías se quedó bloqueado. Lo hice en un momento de despiste tuyo y el pobre solo pudo decirme..."entonces que se centren en matar al cáncer y dejamos la rodilla para otro momento". A la hora de despedirnos, le preguntaste "¿Cuándo vuelvo?" y Carlos te dijo "Si hay algún problema que me llame tu marido, pero tienes el alta". Qué feliz saliste de allí mamá. Me miraste y me dijiste "pues ahora vamos a merendar para celebrarlo". Recuerdo perfectamente como me sentí en ese momento. Yo sabía que el cáncer había aparecido, yo sabía el riesgo que corrías...lo que no sabía es que sería la última vez que saldrías por las puertas del traumatólogo al que tantísimas veces habíamos tenido que ir.
Pues por todo esto, y porque Carlos me comunicaba que me tengo que operar, de la rodilla y el hombro...estaba hinchadita a llorar. La rodilla de momento va a esperar, aunque el próximo viernes 5 me van a pinchar no se qué cosa tendré que estar 24 horas en reposo absoluto para que funcione. El hombro tiene que pasar por reparación sí o sí. Me han dado cita el día 29 de abril y la verdad mamita es que no me quiero operar, pero Juampi ratifica lo que dice el médico, hay que operar. Y sólo pensar que tengo que dormir otra vez, ya estoy asustada.
Bueno guapa, te dejo que tengo a tres de los de Inés haciéndome mil preguntas y a Pablito apoyado sobre mi rodilla. Mañana espero poder escribirte más tranquila. Te quiero mucho, mucho guapa. No me olvides. Ni a Pili.

No hay comentarios:
Publicar un comentario