23 de febrero: convivencia familiar...

Querida mamá:
No sabes cuánto echo de menos esta sonrisa... la miro en la foto y se me vienen mil recuerdos tuyo donde la vi, la sentí. supongo que hoy la dibujarías. Es domingo, sí, y aunque al principio me habrías dicho ¿Hija tú cuando descansas? luego habrías entendido que era lo mejor que podía hacer en un día como hoy. Hemos organizado una convivencia familiar en la asociación. La idea es poder charlas con los padres un rato y disfrutar con ellos y sus hijos en los juegos de toda la vida. La idea de hoy es jugar al mate, a los sacos, a la cuerda, bailar, ver una peli educativa y charlar sobre sus hijos. La idea es buena, me lo parece. Empezamos ahora, dentro de un ratito. A las 11 de la mañana está citado todo el mundo. El objetivo es finalizar a las 17:30. Aunque aquí es semana blanca, precisamente por ello, he pasado las clases a la mañana y comienzo el día con una reunión a las 9 de la mañana en la asociación. Así que tampoco puedo demorarme mucho más, porque terminaremos, tendremos que recoger, limpiar y qué menos que descansar un ratito para coger fuerzas que mañana comienza otra gran semana.
Todo sea guapa por seguir dando a conocer la asociación, por hacer que la gente conozca el trabajo que se hace, los objetivos más importantes y la finalidad que tenemos. Todo sea por eso.
Cambiando de tema, se nota que nos hacemos mayores. No saben la suerte que tienen los niños de no ser adultos. Vivir sin más preocupación que tus padres no se enfaden contigo por las notas o por saber si me dejarán o no salir. Cada día se nos informa de algo, algún familiar enfermo, pruebas de médicos, operaciones y cáncer. La maldita palabra que más suena ahora entre todos los que nos rodean, niños, jóvenes, adultos y mayores. Ayer nos llamaron de Los Barrios, el marido de la tita Pepi está grave. Ahora parece estable, pero muy grave. Sé que erais muy buenos amigos y puedo casi imaginar lo que la tita está sintiendo de ver así al tito, por eso no puedo pedirte más que los cuides mamá. El viernes marchamos para el pueblo, estaremos solo unas horas pero supongo que pasaremos a verle. Si te soy sincera mamita, desde que conviví contigo tus últimos 15 días soy incapaz de pasar un rato en el hospital tranquila. Me pone muy nerviosa ver a la gente enferma. Ver y sentir como te apagaste cada momento me ha dejado marcada de por vida. Me cuesta mucho ver a la gente enferma, no soy un buen apoyo para ellos, porque soy muy consciente que la cara se me cambia... y no debe gustar mucho que vayan a verte y pongan cara de pena o dolor. Así que por eso procuro aparecer lo mínimo, llamo, mando mensajes, me preocupo porque además es lo que siento, preocupación...pero sigo sin tener esa fuerza que me haga entrar al hospital y ser una buena compañía para los enfermos. Precisamente mañana me reúno con Andrés Olivares, presidente de la Fundación Luis Olivares. Esta fundación trabaja con niños que tienen cáncer. Tú y solo tú sabes las mil veces que te dije "Quiero ir al materno para colaborar con los niños que están ingresados por cáncer" pero ahora que lo siento tan real, tan factible no sé si seré capaz de hacerlo. Cuando un niño de los míos se me va por decisión propia, porque no quieren seguir estudiando o sus padres han decidido que sea así, y me da bajón de pensar que no lo seguiré viendo con frecuencia. Imagínate si veo a un niño enfermo... pero también creo que es una decisión egoísta el no hacer frente a algo que está ahí. Mañana espero hablar con Andrés y sobre la marcha decidiré si me siento capaz o no. Y claro está, si él cree que puedo hacer algo o no. Que esa es otra gran cuestión.
En fin guapa, como siempre, el tiempo encima. Marcho a Misa y después para la asociación. Ya te contaré qué tal todo. Te quiero mucho, lo sabes. No lo olvides. Acuérdate de papá, Isa, Carmenchu, JJ, Cuñado, Pili y Papito. Reparte besos entre mis ángeles porfa, especialmente a Luis y Jaime. Esos dos pequeños valientes, seguro, seguro que tienen un sitio privilegiado ahí arriba. Se lo merecen.